lunes, 13 de mayo de 2013

MI ESPEJO


Como te veo a ti, así soy yo.

¡Cuánto tiempo me costó asumir lo cierto de esta frase, y hablo en primera persona para asumir toda responsabilidad en lo que digo.

Podría haber dicho "cuánto cuesta asumir...." pero voy a hablar en primera persona como lo sugiere el Maestro Mauricio Kruchik.

Pues bien, yo siempre hablo de sentimientos, es lo mejor que sé hacer. Cómo me sentía cuando no era capaz de ver el espejo, señalando al prepotente, criticando siempre al otro, tú...tú ...tú. Desvalorizaba a quién no estaba de acuerdo con mi forma de pensar, así en vez de provocar una guerra me agredía a mí misma. Sentía como eso corría por mi interior, por mi cuerpo y opté un día por ponerme en el lugar de cada persona a quién señalé, me dí cuenta que yo en su lugar habría hecho y dicho exactamente lo mismo, que habría mantenido cada palabra, cada acusación aunque fuera por "no permitir que me pisotearan", aún sintiendo que estaba equivocada.

Me vi de pronto reflejada en mi propio espejo y me asusté con lo que ví, desde ese día, mi vida dio un vuelco y todavía hoy tengo mucho que remover claro, pero comprendí que la realidad de cada cual puede ser distinta a la mía y que cada persona estaba en su derecho de aprender de la suya.

Desde entonces he comenzado a encontrar gente maravillosa en mi vida, personas que sólo se acercan para que les escuche, me quedo cada vez sorprendida, es como si necesitaran recibir un apoyo y a mi me encanta, porque veo que voy creciendo junto a esas personas.

Tengo amigos negros como yo, que se sienten rechazados por ser negros y otros que no, yo siempre les digo, mira a los demás desde tus ojos y no desde tu piel. Es bonito ver como la percepción del mundo puede cambiar desde mi propia seguridad y desde mi mirada interior.

No siento que nadie me ataca, porque yo no les cuestiono y desde entonces soy más alegre y me da igual cómo seas tú, si soy capaz de escucharte.

Si ves nobleza en mi, es porque tú también lo eres...le decía ayer a mi amiga, respeto su intimidad, hablaba con ella y me sorprendía a mi misma de cuán bonita puede ser una amistad sin prejuicios, hasta nos emocionamos al reconocernos la una en la otra, fue grandioso y esta palabra fue demasiado pequeña para la conexión que allí había.
Sólo tenía que dejarla entrar en mi y así sin quererlo también yo entré en ella.

¿Por qué escribo esto? porque la sensación que tuve fue tan inmensa que no podía quedármela para mi sola, no puedo, y si algo de esto le sirve a otras personas a dar un primer paso mejor, yo sólo puedo enseñar con el ejemplo.

El espejo en que decido mirarme puede estar empañado o reluciente, yo decido, yo ya escogí. Asumo mis imperfecciones para que sean perfectas.

0 comentarios :

Publicar un comentario