¡Por qué cuando emigramos siempre añoramos nuestros orígenes?
Son muchas las
respuestas para este evento y en la naturaleza hallamos respuestas.
Ya había comentado
que somos un fractal de todo lo que existe, veamos los comportamientos de los
animales.
La mariposa Monarca
cada año realiza un viaje de cientos de kilómetros para reproducirse y morir,
una vez que se reproduce la nueva mariposa vuelve a emigrar.
Los salmones de cada año, regresan río arriba en un viaje
contra corriente para desovar y morir donde mismo han nacido.
Las tortugas siempre
regresan a la misma playa donde nacieron para volver a reproducirse.
Las mujeres tenemos
un ciclo de 28 días que permite a un óvulo ser fértil para reproducirnos.
La naturaleza tiene un
ciclo determinado por equinoccios que le permite renovarse.
Una planta nace,
crece, da flores y semillas para reproducirse, ¿para qué? Simplemente por el
hecho de expresar su máxima potencialidad contenida en esa minúscula semilla, ¿no
era sí el TODO antes de expandirse?
La respuesta a toda
pregunta es, en nuestros orígenes está nuestra esencia y allí regresamos
siempre.
Ahora pregúntate,
¿por qué esa ansia humana de viajar a las estrellas? ¿por qué nos encantan las
noches estrelladas? ¿No será porque están allí nuestros orígenes?
¿Acaso crees que nos
reproducimos por la mera necesidad de tener niños y porque nos gusten mucho o
por el mero hecho de hacer el amor?
Siempre buscamos
nuestro origen y todo está allí en el Big-Bang, ¿no es acaso el orgasmo un big-bang,
nuestro orígen y en el cuál recreamos en cada orgasmo?
No somos más que
ciclos de una misma energía expresada en
diferentes formas (frecuencias) de una mente universal la cual se expande (nace), experimenta (crece y se desarrolla) y vuelve sobre sí misma ("muere"). Esta es una forma de comprender lo que es un Toroide.
foto by Nassim Haramein |
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