Es curioso como suceden las cosas, mi hijo llevaba tiempo diciendome que mi planta de mis pies estabas muy arrugados, frios, uno de los dos había comenzado a perder piel nunca antes me había sucedido, cuando Mauricio me los leyó no encontró eso, pero no lo podía encontrar porque en aquel momento mi situación no era la misma que cuando mi hijo me hizo esa observación.
Lo cierto es que mi zona de agua ocupaba demasiado espacio, mi mundo emocional estaba mal, no era capaz de gestionarme, la planta de mis dos pies ya no se parecían, estaba viviendo un conflicto muy grande, el mismo Mauricio fué testigo de ello, había decidido aislarme un tiempo y mantenerme en silencio, llorar a solas.
Una lectura de mis pies hecha de forma inconsciente por mi hijo me hizo reflexionar y buscar ayuda, ¡¡pobre Mauricio, lo que me tuvo que soportar!!! bueno para eso están los amigos.
Por eso creo una vez más que aprender a leer los pies, tanto si eres un terapeuta como si no, puede ayudar a un a ver la causa real de un padecimiento y si esto lo unes a la reflexología es lo mejor que le puede suceder al paciente que viene en busca de ayuda, o tal vez sólo vino a sentir el placer de un masaje y encontrar más de lo que se esperaba.
Las emociones también se reflejan en los pies y lo pude constatar en los mios, si lo hubiera visto a tiempo quizás hubiera hallado a tiempo esa emoción, desde entonces cada día al ducharme, reviso mis pies, es una forma de ver aquello que aún no se ha expresado.
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